jueves, 14 de marzo de 2013



NUEVO     PARADIGMA EDUCATIVO

 

 

Parece evidente que estamos inmersos en un cambio educativo profundo, que conlleva realmente un cambio de paradigma. Como sabemos, los paradigmas no se sustituyen con facilidad, pero el anterior ha quedado ya atrás, de modo que quien no adapte éste a su quehacer diario quedará descolgado definitivamente.
El hecho afecta a la manera de enseñar, pero también a la de aprender, evidentemente. Tal asunto viene motivado, básicamente, por la influencia que en la educación tienen todas las nuevas herramientas tecnológicas que se ponen a nuestra disposición de manera gratuita, y que ha ocasionado cambios sustanciales en el ordenamiento jurídico que condiciona todo el contexto educativo.
Este uso de la tecnología tiene dos campos de acción bien delimitados: la manera como aprendemos y las relaciones que establecemos en la comunidad educativa. En lo que respecta a la primera cuestión, es evidente que la manera de formar al alumnado ha cambiado, que las TICs impregnan el trabajo de todos, educadores y educandos, de modo que ya parece inviable preparar una buena clase sobre cualquier tema y que ésta no cuente con un soporte tecnológico mínimo. Respecto al segundo campo, notamos que las relaciones entre educadores son novedosas, y que la red proporciona cercanía a personas que viven a miles de kilómetros de nosotros, pero de quienes nos sentimos más próximos que de nuestros compañeros de departamento. Con estas personas intercambiamos recursos, actividades, experiencias, herramientas, y mantenemos un contacto fluido prácticamente cada día.
Algo semejante pasa con las comunidades educativas de los centros escolares. Las relaciones son mucho más constantes e intensas, ampliándose más allá de las paredes del centro educativo y sus horarios. Es, como dice Eduard Punset, que el HTML de Internet lo está condicionando todo de tal manera que aspectos que antes eran muy importantes ahora lo son menos, mientras que surgen nuevos elementos que hemos de tener en cuenta, como éste de las nuevas relaciones, o el de las preguntas que Punset platea.


El otro pilar en el que se apoya el nuevo paradigma educativo es el de las emociones. Cualquiera sabe lo determinantes que son a la hora de aprender o, simplemente, para relacionarse con los demás. Tradicionalmente, la enseñanza ha vivido de espaldas a este tema, sin considerarlas, por entender que la escuela sólo tiene que transmitir una serie de conocimientos y comprobar que el alumnado los ha adquirido en algún momento. Sin embargo, todos los estudios recientes demuestran que es imposible tener un mínimo de éxito en el aspecto educativo sin tener en cuenta los aspectos emocionales del alumnado.
Todo ello requiero innovaciones profundas en la organización escolar y en la legislación educativa, pero aquellas deben darse en las cabezas de los actores educativos, con el convencimiento de que son pasos necesarios para reducir el fracaso escolar, que no es sólo muy costoso evitarlo, sino que supone un fracaso vital de incalculables consecuencias negativas.







 Rebeca.

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