NUEVO PARADIGMA EDUCATIVO
Parece
evidente que estamos inmersos en un cambio educativo profundo, que
conlleva realmente un cambio de paradigma. Como sabemos, los paradigmas
no se sustituyen con facilidad, pero el anterior ha quedado ya atrás, de
modo que quien no adapte éste a su quehacer diario quedará descolgado
definitivamente.
El
hecho afecta a la manera de enseñar, pero también a la de aprender,
evidentemente. Tal asunto viene motivado, básicamente, por la influencia
que en la educación tienen todas las nuevas herramientas tecnológicas
que se ponen a nuestra disposición de manera gratuita, y que ha
ocasionado cambios sustanciales en el ordenamiento jurídico que
condiciona todo el contexto educativo.
Este
uso de la tecnología tiene dos campos de acción bien delimitados: la
manera como aprendemos y las relaciones que establecemos en la comunidad
educativa. En lo que respecta a la primera cuestión, es evidente que la
manera de formar al alumnado ha cambiado, que las TICs impregnan el
trabajo de todos, educadores y educandos, de modo que ya parece inviable
preparar una buena clase sobre cualquier tema y que ésta no cuente con
un soporte tecnológico mínimo. Respecto al segundo campo, notamos que
las relaciones entre educadores son novedosas, y que la red proporciona
cercanía a personas que viven a miles de kilómetros de nosotros, pero de
quienes nos sentimos más próximos que de nuestros compañeros de
departamento. Con estas personas intercambiamos recursos, actividades,
experiencias, herramientas, y mantenemos un contacto fluido
prácticamente cada día.
Algo
semejante pasa con las comunidades educativas de los centros escolares.
Las relaciones son mucho más constantes e intensas, ampliándose más
allá de las paredes del centro educativo y sus horarios. Es, como dice
Eduard Punset, que el HTML de Internet lo está condicionando todo de tal
manera que aspectos que antes eran muy importantes ahora lo son menos,
mientras que surgen nuevos elementos que hemos de tener en cuenta, como
éste de las nuevas relaciones, o el de las preguntas que Punset platea.
El
otro pilar en el que se apoya el nuevo paradigma educativo es el de las
emociones. Cualquiera sabe lo determinantes que son a la hora de
aprender o, simplemente, para relacionarse con los demás.
Tradicionalmente, la enseñanza ha vivido de espaldas a este tema, sin
considerarlas, por entender que la escuela sólo tiene que transmitir una
serie de conocimientos y comprobar que el alumnado los ha adquirido en
algún momento. Sin embargo, todos los estudios recientes demuestran que
es imposible tener un mínimo de éxito en el aspecto educativo sin tener
en cuenta los aspectos emocionales del alumnado.
Todo
ello requiero innovaciones profundas en la organización escolar y en la
legislación educativa, pero aquellas deben darse en las cabezas de los
actores educativos, con el convencimiento de que son pasos necesarios
para reducir el fracaso escolar, que no es sólo muy costoso evitarlo, sino que supone un fracaso vital de incalculables consecuencias negativas.
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