viernes, 4 de enero de 2013

ALIMENTOS Y FINANZAS:  NO ES UN JUEGO




En el informe No es un juego: la especulación frente a la seguridad
alimentaria investigamos por qué los mercados financieros, que deberían
ayudar a quienes cultivan y procesan los alimentos, se han convertido en
una amenaza potencial para la seguridad alimentaria mundial.
Este informe ha sido escrito por Marc-Olivier Herman, Ruth Kelly y Robert Nash. © Oxfam, octubre 2011






¿Por qué se especula con los alimentos? 
Los mercados agrícolas son arriesgados,ya que dependen de factores tan caprichosos como el sol o la lluvia, y muy inflexibles, puesto que un aumento de precios no se traduce de manera inmediata en una mayor producción ni una bajada de precios se traduce en una mayor demanda de alimentos. Esto expone a los productores y a los compradores a un riesgo de precio significativo. Para contrarrestar ese riesgo se crearon los llamados mercados de derivados o futuros agrícolas, donde se especula sobre el precio de las materias primas agrícolas con el objetivo de establecer un precio en el futuro que dé seguridad a quienes cultivan y procesan los alimentos.

¿Cómo funciona?
Un agricultor acuerda con un especulador la venta de su cosecha de trigo a un precio fijo antes de que se realice la cosecha (en ocasiones, incluso antes de la siembra). El acuerdo se fija en un contrato. El especulador puede ganar o perder en función de si sube o baja el precio del trigo con respecto a lo acordado con el productor en el momento de la compraventa, pero está dispuesto a asumir ese riesgo con el fin de obtener beneficio.

¿Por qué la especulación con los alimentos se ha vuelto peligrosa?
La crisis de las hipotecas subprime (de riesgo) de 2007 hizo que numerosos inversores buscaran nuevos mercados para la especulación, y entraran así en el mercado de materias primas agrícolas. Estos inversores, con su enorme poder de compra, provocan que los precios de los alimentos se comporten de manera distorsionada e imprevisible.


¿Qué podemos hacer?                                                 
   Mayor transparencia Se debe informar a las autoridades nacionales acerca de todas las transacciones de
derivados de materias primas. Todos los participantes deben dar información mínima sobre su actuación y someterse a ciertas limitaciones. Todos los acuerdos deben realizarse en plataformas
transparentes. Una regulación adecuada Se deben fijar nuevas reglas para restablecer las funciones útiles de los mercados de derivados agrícolas y evitar que la especulación excesiva impulse la volatilidad de los precios de los alimentos. Estados Unidos, la Unión Europea y el G20 deben coordinar sus respectivas reformas de los mercados de derivados agrícolas para que funcionen de manera efectiva para los grupos de interés más importantes: productores y consumidores de alimentos.







-Rebeca